Hoy finalizaba el circuito de la ATP con la final de la Copa de Maestros.
Una final en la que no pudo haber ningún español, el gran Rafa ya no podía más después de una durísima temporada y Ferrer casi lo consigue sino fuese por un bajón contra Berdych, y que en semis se encontró con el magistral Federer.
Pero hoy, después de un año duro, es el día de Federer.
Tras llegar a esta Copa de Maestros el cuarto del mundo, posición a la cual no está muy acostumbrado, pero al final la posición es lo de menos y la calidad del suizo es demasiada. Acabo el primero de su grupo, tras ganar a Rafa como pocas veces lo había hecho. En semifinales, Federer tiro de experiencia y con ese elegante juego que le caracteriza se deshizo de Ferrer, que mucha oposición no pudo oponer.
Y llego la final. Enfrente Tsonga, al igual que en el Masters 1000 de Paris-Bercy, dispuesto a dar toda la guerra del mundo y dedicarse a pegar cañonazos buscando winners y importándole poco los errores no forzados. La tarea iba a ser difícil, pero hubo momentos en los que Tsonga llego a creerlo posible.
Pero al final Federer, en su final numero 100, demostró porque está entre los grandes del tenis y que todavía mantiene esa magia, sacando golpes espectaculares, caracterizados siempre por esa elegancia que hace que el tenis parezca simple. Esa naturalidad con la que golpea la pelota y la dirige donde quiere hace que cada punto que se le gana, todo un triunfo.
Desearle suerte para 2012 es lo mas diplomático, pero que Rafa tenga un poco más.
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